la medula espinal de los gatos

agosto 27, 2010

Rueda roja

“…pidiendo desesperado que lo maten, que terminen de matarlo, sorbiendo a tragos la muerte que no acaba de inundarlo por los ridículos agujeros que le hacen las balas de los máuseres.”


Al borde del volcán,
de rodillas,
sabiendo que toda esa cantidad no entraría en mi boca,  
obedecí, y bebí.

Luego levante la mirada,
pasiva, disuadida.
Me llamaron injusta.

No pude soportar el ardor,
pero mis heridas se desvanecían,
y visualice alba.

Tenia mis manos y mis pies encadenados en oro
y  mi perversidad al oído,
reza y me ordena agradecer.

A lo lejos tontos ojos a la defensiva reclaman mi cuerpo,
y yo en ese lugar me tumbo a un costado,
ruedo
mientras vomito mis impurezas.