la medula espinal de los gatos

julio 21, 2011

Se nos reían


Y los chiquitos se nos reian
se nos reían mama, se nos reían
porque éramos poetas.
No nos creían
ni siquiera creían que había poetas.
Estaban locos mama, estaban locos.
Y vos también
tal vez estés loca
Y te me rias, de que
 Que el flaco spinetta tocaba la guitarra
en la piesa de mi amiga, nos la tocaba a nosotras
una guitarra con cuerdas  que eran alambres
que mientras se trenzaba la tocada
se hacía alambre de púas.
Y  la música era como un rodillo en la espalda
que nos estiraba, nos estiraba.
 Y ellos se reían mama, no nos creían
estaban locos, no nos creían.
Ellos nos creían caretas.
 Y no … nunca ha sido así,
así esa noche con el flaco y con mi amiga
 nos transformamos.
Nos he sentido como trapos calientes
como esos que me ponías para la fiebre
pero estábamos extendidos en el suelo
y nos dejamos enfríar.
 Lamentablemente mama,
que de eso ultimo
 me di cuenta
 cuando me desperté.

julio 18, 2011

Alto

Cuando llora el cráneo surgen cuestiones  que nerveosean.
Hay una tensión  entre esa voz gutural que acalora y el manto mentolado que se rehúsa a reflexionar sobre ese lugar común: la existencia de la existencia en la existencia.
Hay cadáveres aquí, y todos estos cadáveres que están aquí, tirados…piensan.
Otra tensión, ¿a dónde te sigo?  Las dos opciones son imbéciles, roja y blanca.
Tal vez este intervalo invisible  sirva.  Otro poema en mi calendario (quiero protestar: se merece la muerte el inventor de calendario)  Mi calendario es sin numeritos. Y esta en el frízer.
-          Esas cosas pasan Julia. –
La angustia es banal. 
Abro la puerta del frízer, meto la cabeza adentro.
-          Este blanco me gusta mucho, cuando me ponga morada salgo. –
 Necesito que por segundo deje de llorar la idea de que puedo escribir,  hundir los dientes la escarcha,  y aplastar…
¡Alto ahí!