la medula espinal de los gatos

julio 21, 2010

Voluntaria cuarentena


Entro al círculo
dibujo dentro de el
una línea,
recta.

Salgo del círculo
Caigo como un desmayo
Observo su faz

Estoy en El Blanco
Este lugar se encuentra
 A 999.999 millones de kilómetros
 de la base.

Para llegar, debe tomarse
el noveno viaje mental

Cuando llegue aquí
Ya había gastado gran parte de mi imaginación
He perdido mucha energía.

Debo recomponerme, y  recargarme de nuevo
Enfermare.
No voy a volver.

¿La línea recta?  No se.

Naipes

El genio no se arrepiente de mi
ni se arrepiente conmigo.

Las finas alas de la mariposa
la mariposa arrepentida,
difunta
contiene la sapiencia del genio

en el limite del descenso
hay un plan , que debe
enseñarme.

El juego,
empieza por apostar el cuerpo
y perder la cordura.

La trampa,
es un cadáver,
desalmado.

Interesante ignorancia en mi humor

He estado bien y voy a estarlo, siempre,
con mis manías, mis hábitos, que lastiman.
Lo había mencionado antes, he dejado de transformarme,
termine la translación.

Hacerme invisible es insensible
es inservible hacerme invencible.

Excavo los basureros
Busco bosquejos viejos, busco
mis cartas sin marca, mis cartas baratas,
mis cartas que serán armas.

Llaves, que abren todas las puertas
Llaves que no abren tu puerta
Llaves imposibles.

Necesito auxilio para este exilio

¡Rimas!
No.
Solo remo.
Exploro el infierno.
¿Dante?
No hay nadie.

Lloro cuando me acuerdo…
lloro cuando me acuerdo de vos.

julio 11, 2010

Samanta Schweblin.

Rezo del perjudicado

El encuentro del mito y la ofrenda 
El Leviatán no resucita,
el Leviatán resurge en el pantano.
Se siente su cólera vibrante,
que es falsa.
Y el barro que se escurre por sus heridas,
profundas.
Al definirse su forma deforme.
El Leviatán abre la vista 
y me encuentra de nuevo,
arrodillada rogándole
que me capture,
que me deje a salvo de mi poder,
bajo su poder,
para tiranizarme
y no sentir.
La transformación exigida
La toma, me toma.
La apertura del barro,
un sonido seductor que me envuelve.
Y la risa magnifica del Leviatán que potencia la libido.
Entonces, desaparece la necesidad
de escapar de mi piel
y este acecho al que me somete la toma, mi toma,
es un orgasmo peculiar.
La descendencia descendente
Transformada.
Ya no me ataca,
la obligación de los pies en la tierra,
ni el soplo del rey,
ni la peste que acompaña la nube negra de la rutina,
ni la cínica luz del día,
ni el asiento que otorga la decisión.
Solo soy, el pensamiento inadecuado
del cualquiera, a quien le soy imposible.
Y soy la belleza invisible,
donde los ojos de los tentados
encuentran lo esencial.