Cruce los dedos, y ande.
Negando las lenguas.
Aceptando supersticiones.
Relojes a ciento cincuenta kilómetros por hora,
Aceleran el círculo vicioso,
y el espasmo mental que sufro
corre su propia suerte.
Blasfemias que inflaman los ojos.
Edipo ¿escapas?
¿Donde vas Edipo?
¡Volved!
Tómame dulce y tranquilo.
El placer es un anárquico veneno
en tu reino.
No escapes más.