Con tu rostro desafinado
Si mis manos van a contramano
Tu cuerpo se eleva sin necesidad de desgarrarse del mismo tu alma.
No, ya no es un hundimiento
Te escribo –yo-
Y no de mi necesidad de ser o estar, como verbo o adjetivo.
Si no de inexistencias dulces.
Mi grito que frena mi caída.
Yo no uso tu lengua te digo.
Vos estas completamente exento de esto.
No, no es un pensamiento morboso.