la medula espinal de los gatos

febrero 21, 2010

Recorro.

 Camino por el pasillo, un pasillo sin ventanas, y no quiero levantar la cabeza,  tampoco quiero saber donde va a terminar.

Camino sin elocuencia, ya  hasta mis palabras la perdieron.
 Pero mi idea sigue allí. Involuntariamente.

Cuando cayó una nube en mi jardín
Debí soplar.

 Entonces corro por mundos de papel y metal, me sumerjo en el agua,
Tengo re reinventar un formato para mí.

Me miro al espejo, sonrío impaciente, me observo detenidamente  un ojo y el otro, observo mi cuerpo. Me observo de nuevo. Tengo que grabarme en la cabeza que ese reflejo existe conmigo y para todos los demás, sin mí.

No quiero que la línea de fuego me tenga,  pero mis pies descalzos no soportaran al arder. Por más que para saciar la sed deba atravesarla, mi cuerpo no quiere sacrificarse por mí.