¿Te acuerdas? ella siempre llegaba de las misma forma a la casa: escuchabas el ruido de la llave en el cerrojo como si fuera que el amanecer de los muertos había llegado , y la estaban persiguiendo cuatro zombies mutilados para chuparle el cuello. Entraba. Tiraba la cartera "en la mesa". Y dejando la llave puesta, volaba por el pasillo en dirección al baño. Entraba meándose, obviamente. Siempre. Nunca faltaban las veces que se le escapaba un chorrito, y sin cerrar la puerta del baño, con la luz apagada la escuchabas putear: - ah ! Carajo. - Tenias que esperar un ratito hasta que se cambie los calzones (ella era meona si, pero no sucia). Después volvía con el alivio, y te saludaba : - ¡Buenas noches! - .